Resumen: No, el razonamiento del hombre no puede aprehender los misterios de Dios. (1 Corintios 2:10)

Discusión: Nuestra capacidad de razonar es un aspecto muy importante de haber sido creados a la imagen de Dios. Somos así capaces de comulgar con Dios y capaces de conocerlo, amarlo y servirlo. “Venid, razonemos juntos, dice el SEÑOR” (Isaías 1:18). 

Desafortunadamente, la mayoría de la humanidad caída ha perdido su capacidad de razonar correctamente acerca de Dios, y se han vuelto «vanidosos en sus razonamientos y sus corazones han sido entenebrecidos” a pesar de que están rodeados de su asombrosa creación y evidencias de su existencia. (Efesios 1:20-21).

Las percepciones humanas tienen sus limitaciones y son muy inferiores en alcance y poder a las habilidades de razonamiento de Dios. “Como los cielos son más altos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:9).

 “La verdad de Dios, cuando se entiende claramente, se ve que está de acuerdo con el más alto desarrollo de la razón humana; pero la razón humana no puede alcanzar su pleno desarrollo excepto bajo la instrucción divina.” 

Más allá de lo que el razonamiento humano nos revela acerca de Dios, los creyentes cristianos son ayudados en su entendimiento por una morada del Espíritu Santo de Dios, permitiéndolesconocer los misterios ocultos de Dios (Efesios 1:17,18). 

Ser llenos de este espíritu es un proceso continuo y sólo puede lograrse a través de la dedicación de uno mismo al servicio de Dios’.  Entonces mantenemos nuestra condición de llenos del espíritu mediante el esfuerzo humilde, la oración y el estudio continuo de la palabra de Dios. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).    

El Apóstol Pablo reafirmó esto cuando dijo, “Porque a nosotros Dios nos las reveló a través del espíritu; porque el espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios…pero el hombre natural no acepta las cosas que son del espíritu de Dios; porque para él son locura, y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente…Pero el que es espiritual todo lo aprecia…Porque quien ha conocido la mente de Jehová, para que le instruya? Pero tenemos la mente de Cristo” (I Corintios 2:7,10-16).