Hace algunos años, hablé con un grupo de mujeres sobre los niveles de la amistad. Me moví de un nivel a otro, ilustrando cada uno y sonriendo mientras miraba a las mujeres tratar de identificar las características de sus relaciones en un folleto.
Nunca se me ocurrió en ese momento considerar mi nivel de amistad con Dios. Desde entonces, he superpuesto las diferentes etapas del desarrollo de la amistad a mi comprensión de la profundidad, o a veces superficialidad, de mi propia relación con el Señor.
Tengo que admitir que a menudo estoy afligido por la ligereza con la que tomo mi amistad con Dios, un hecho evidentemente revelado por la calidad de mi vida de oración. Quiero aumentar mi nivel de amistad con mi Padre para “aumentar” mis oraciones; porque es verdad: nuestra relación con Dios afecta nuestras oraciones. Aquí hay seis formas en que puede llevar sus oraciones al siguiente nivel.