¿Qué es el alma? 

La Biblia nos dice qué es el alma . Leemos: «Y Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente«. (Génesis 2:7.) Primero Dios creó el cuerpo de Adán, luego Dios sopló el aliento de vida en él y Adán SE CONVIRTIÓ en un alma viviente. Adán no recibió un alma. El hombre es un alma

La palabra alma se traduce de la palabra hebrea "nephesh" que significa "una respiración, ser sensible. Cuando Dios creó a Adán – el cuerpo no era el alma. Tampoco se insufló aliento de vida en Adán. Pero cuando el cuerpo y el aliento de vida fueron unidos, el hombre se convirtió en un ser vivo, que respiraba, animado, o un alma

Cuerpo + Aliento de vida = Alma  

Sin cuerpo o sin aliento de vida, no hay alma. El alma muere.  Ezequiel 18:4, “el alma que pecare, esa morirá.” Eclesiastés 9:5, “los muertos nada saben…”

¿Qué sucede en la muerte?

El alma muere pero Dios recuerda cada alma humana. Y Dios ha prometido resucitar a cada alma. Jesús dijo: “…la hora viene cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán, los que han hecho el bien (los verdaderos seguidores de Jesús) a resurrección de vida, y los que han hecho el mal (todos los demás hombres) a resurrección de juicio”. Juan 5:28-29 (NVI).

En la resurrección, Dios recordará a la persona y le dará vida en un cuerpo apropiado para su carácter. Los santos recibirán un cuerpo espiritual divino (2 Pedro 1:4) y el mundo recibirá cuerpos humanos sanados. (Isaías 35:5-6). 

¿Cómo será la resurrección del juicio?

Será tiempo de enseñanza, de perdón , y restauración. Isaías 26:9, “Con mi alma te he deseado en la noche (la noche presente del pecado y de la muerte)…porque cuando tus juicios estén en la tierra , los habitantes del mundo aprenderán la justicia.” 

Jeremías 31:34 (NVI), “Y nunca más cada uno enseñará a su prójimo, y cada uno a su hermano, diciendo: 'Conoce al SEÑOR,' porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová. Porque yo perdonaré su iniquidad, y no me acordaré más de su pecado.” 

Números 14:21, “… toda la tierra será llena de la gloria de Jehová.”