Verdad. Todos lo buscan, casi todos lo reclaman, pero pocos conocen su plenitud como se revela en la palabra de Dios. No hay mayor recurso para ayudarnos a comprender los misterios de Dios y sus deseos para las personas que la Biblia. El Espíritu Santo obró a través de Moisés, David, los Profetas y los Apóstoles para contribuir a la colección de 66 libros que componen el Buen Libro; muchos escritores, pero un autor. 2 Timoteo 3:16-17 afirma esta realidad, “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñando, reprendiendo, corrigiendo e instruyendo en justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente preparado para toda buena obra”. La Biblia no solo es inspirada por Dios, sino que nos fue dada para que cuando nuestras mentes finitas no puedan entender el mundo que nos rodea, tengamos una base sólida de verdad para estabilizar nuestros corazones y mentes.
El enemigo de Dios, Satanás, el engañador , le encantaría que creyéramos que la Biblia es inaccesible para nosotros y difícil de entender. Si bien pueden surgir desafíos y preguntas a medida que estudiamos la palabra de Dios, no podemos permitir que nos impidan leer las palabras que cambian los corazones y brindan sustento a nuestras almas. La Biblia es como una gran mina de oro que espera ser explorada, y los siguientes pasos pueden ayudarnos a descubrir el tesoro del conocimiento y la sabiduría forjada por Dios a medida que profundizamos en cada versículo.