“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 16:24-25).
Pocas personas, al parecer, se dan cuenta de que la abnegación tiene algo que ver con su doctrina religiosa. Lo hace, sin embargo. Una de las inclinaciones más obstinadas del hombre es ejercer “su propia voluntad” en religión (Colosenses 2:23), como en todo lo demás. Esto debe ser negado cuando uno es obediente a Cristo (Mateo 16:24).
El culto cristiano debe ser conforme a la verdad (Juan 4:24). Dado que la Palabra de Dios es verdad (Juan 17:17), la Palabra de Dios debe determinar el “medio de expresión” mientras lo adoramos. Dios quiere nuestras devociones, pero se deleita en ellas solo cuando están en obediencia a Su Voluntad (1 Samuel 15:22).
Si alguno quiere venir al Señor, que “niegue él mismo” (o su propia voluntad) y aprender lo que la Biblia le enseña a hacer para agradar a nuestro Padre Celestial (Mateo 7:12,21,22,23; Mateo 16:24; Romanos 12:1; Apocalipsis 22:14) ).