Reflexiones sobre las cargas innecesarias – Estudio de la Biblia

Nada nos agobia más innecesariamente que el rencor o el resentimiento contra alguien. Los resentimientos generalmente surgen de malentendidos o de nuestra falta de voluntad para enfrentar honestamente alguna situación desagradable o vergonzosa.

Dos personas con frecuencia sacan conclusiones opuestas de las mismas circunstancias. Los oponentes muchas veces no difieren tanto en sus metas u objetivos, como en sus métodos.

Es, por lo tanto, preferible eliminar las áreas de desacuerdo en lugar de construir muros de prejuicio (Mateo 5:25; cf. Proverbios 25:8; Lucas 12:58). Es sorprendente lo rápido que se quita el resentimiento cuando tratamos de recordar las cosas buenas que se pueden decir de nuestro adversario.

Incluso nuestro adversario, el diablo, tiene algunas buenas cualidades. Es persistente, constante y nunca se da por vencido (1 Pedro 5:8; cf. Job 1:7).

¡Pensémoslo!