La Iglesia no está formada por personas que creen que son mejores que otras, sino que está formada por aquellos que se dan cuenta de que deben ser mejores de lo que son y deben esforzarse continuamente por hacerlo mejor (Filipenses 3:12-16).
La Iglesia no está formada por personas perfectas, sino por personas que se dan cuenta de que están siguiendo a un Señor perfecto y, por lo tanto, deben hacer lo mejor que puedan (1 Pedro 2:18-22; 1 Pedro 1:13-16).
La Iglesia no está compuesta de personas que nunca cometen errores, pero aquellos que a menudo reconocen sus errores y luego los abandonan (1 Juan 1:9; Proverbios 28:13).
La Iglesia no trata de apartarse de todos, sino de atraer a todos a su comunión y amor y animarlos a caminar en la luz donde se encuentran Dios Padre y Cristo Hijo (1 Juan 1 :3-7).
La Iglesia no está tratando de establecer reglas arbitrarias para h a nadie, sino para manifestar la regla de Cristo que ayuda a todos (Gál. 6:14-16; Filipenses 3:7-16).
La Iglesia no está tratando de quitarte la alegría de tu vida; está tratando de poner verdadero gozo en cada vida que toca (Filipenses 4:4; 1 Tesalonicenses 5:16; 1 Pedro 4:13).
La Iglesia no está tratando separarte de tu dinero; trata de que tu dinero no te separe de Dios (1 Timoteo 6:6-10; cf. Proverbios 10:22).
La Iglesia no trata de convertirse en el dueño de tu vida, sino que trata de que te domines a ti mismo (1 Corintios 9:24-27; 2 Corintios 10:3-6).
La Iglesia es no está tratando de robarle prioridades a su vida, sino que está tratando de permitirle poner prioridades reales en su vida (Mateo 6:33).
La Iglesia no se desanima simplemente porque pierde el servicio con regularidad, pero tiene miedo de perderse el cielo por completo (Hebreos 10:23-31).
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