Se cuenta que en la antigüedad, un rey hizo colocar una gran roca en un camino. Luego se escondió y miró para ver si alguien quitaba la enorme roca. Algunos de los mercaderes y cortesanos más adinerados del rey pasaban y simplemente caminaban alrededor. Muchos culparon en voz alta al rey por no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo nada para quitar la piedra del camino.
Entonces llegó un campesino con una carga de verduras. Al acercarse a la roca, el campesino dejó su carga y trató de mover la piedra a un lado del camino. Después de mucho empujar y esforzarse, finalmente lo logró.
Después de que el campesino recogió su carga de vegetales, notó una bolsa tirada en el camino donde había estado la roca. El monedero contenía muchas monedas de oro y una nota del Rey indicando que el oro era para la persona que quitó la roca del camino.
El campesino aprendió lo que mucha gente nunca entiende… que cada obstáculo que enfrentamos en el camino de la vida presenta una oportunidad para mejorar nuestra condición (2 Corintios 4:8-18).
¡Pensemos!