Durante años, he estado leyendo acerca de personas que piensan que Dios vive muy, muy lejos en una nebulosa zona crepuscular, sin preocuparse ni por Su creación ni por Sus criaturas. Para ellos, Él es un Dios difícil de encontrar, porque cada vez que surge un problema en su vida, preguntan: ¿Dónde está Dios?
Para los filósofos estoicos y epicúreos de la época de Pablo, los dioses que adoraban habían sido relegado y degradado a un pedazo de madera, metal o piedra (Hechos 17:29). Eran entidades sin vida que no podían hacer absolutamente nada por ellos en su momento de necesidad (cf. Jeremías 10:14; Habacuc 2:18-19; Isaías 45:20; Isaías 46:5-7).
Usando los escritos de sus propios poetas como Arato y Cleantes, Pablo les señala a estos filósofos, que si ellos son descendientes del Dios vivo y verdadero como sus propios poetas han documentado, no deberían degradarse a sí mismos ni a Él, limitándose Él a una forma hecha por el hombre que consiste de mera madera, metal o piedra (Hechos 17:24,29). Y observando todos sus templos que contenían estos dioses (o ídolos) hechos por el hombre, Pablo también señala que el Dios vivo y verdadero no mora en templos “hechos a mano,” ni es adorado con nada que el hombre haya hecho (Hechos 17:24-25).
Al usar las ilustraciones anteriores, Pablo está señalando que (1) Dios no puede ser limitado al plano físico de esta tierra (Hechos 17:24); (2) Dios no necesita nada del hombre (Hechos 17:25); (3) Dios no ha abandonado a Su descendencia porque en Él vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17:28).
¿Qué tan lejos estaba Dios para los filósofos de la época de Pablo? Solo hasta su próximo aliento (Hechos 17:28 – observe las palabras “vivir, moverse, ser”). Por lo tanto, este solo hecho debería haberlos motivado a buscar al Señor voluntariamente (Hechos 17:27), y también debería motivarnos a nosotros.
Hermanos y amigos, verdaderamente estamos buscando al Señor cuando lo buscamos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma (Deuteronomio 4:29).
¿Qué tan lejos está Dios?
Que el salmista responda:
Cerca está Jehová de todos los que le llaman sobre él, a todos los que le invocan de verdad (Salmo 145:18; cf. Deuteronomio 4:7).