Hace un par de años, leí una noticia sobre una cantinera en Kansas que había estado atendiendo a uno de sus clientes fijos. Siempre le había dado buenas propinas, a veces dejando hasta la mitad de la cuenta. Pero un día, él le dio una propina de $10,000 por una comida de $26.
¿Podemos siquiera imaginarlo? ¡Qué gran muestra de abundante generosidad de parte de este cliente!
Pablo le dio a Timoteo el encargo de animar a los miembros más ricos de la iglesia del Señor en su área, a mostrar una mentalidad de abundante generosidad también (1 Timoteo 6: 17-18). Era obvio que estos miembros no entendían completamente su responsabilidad en el reino de Dios con respecto a su dinero y posesiones (2 Corintios 8:1-5), por lo que Pablo desafió a Timoteo a recordarles que junto con una gran riqueza viene una gran responsabilidad (cf. ver principio espiritual en Lucas 12:48).
Esta responsabilidad incluía ser humildes, encontrar su seguridad en Dios, no en las riquezas, y usar su dinero para hacer el bien (1 Timoteo 6:17-18; cf. Gálatas 6:10).
Necesitaban saber que la forma en que manejaban su dinero y posesiones, era un factor revelador que indicaba la condición espiritual de su corazón (cf. Hechos 5:1-11).
Hermanos, aunque no seamos ricos, Dios nos ha llamado a tener una mentalidad de generosidad abundante.
Podemos compartir lo que tenemos (es decir, tiempo, talentos , oportunidad, etc.) y ser rico en buenas obras (1 Timoteo 6:18; cf. Proverbios 3:27; Gálatas 6:10).
Si tenemos una actitud generosa con nuestro dinero, es mucho más probable que seamos generosos en otros asuntos relacionados con el pueblo del Señor y Su obra.
¡Pensémoslo!