Ofrecer varias recompensas como incentivo para motivar a las personas a hacer algo, impregna la sociedad actual. Todos hemos visto a los padres en las tiendas de comestibles pensar solo en términos de recompensar a sus hijos, incluso recompensarlos por su mal comportamiento. Cuando un padre le dice a su hijo: Si vas a dejar de tener una rabieta, te compraré esta barra de chocolate, el padre está recompensando el mal comportamiento y el niño comprende rápidamente cómo conseguir lo que quiere.</p
Muchas iglesias están ofreciendo recompensas físicas con el propósito de ganar más personas. Abarca desde la filosofía del evangelio de la salud y la riqueza que dice: Si das $100, Dios te dará $1,000,” a apelar a los apetitos carnales de entretenimiento para que la gente asista a sus servicios.
¿Qué pasó con hacer lo correcto porque es correcto? Es cierto que Jesús ofrece recompensas a los hombres, pero esas los incentivos no tienen nada que ver con los deseos carnales. De hecho, condena a los que le siguen sólo porque están siendo alimentados (Juan 6:26-27). Dios espera un comportamiento correcto, porque Él es santo y debemos ser como él para compartir la vida venidera (1 Pedro 1:1-16; 1 Juan 2:6).
Los cristianos están comprometidos a una forma de vida que es justa, porque es la forma correcta de vivir (1 Pedro 1:13-16; 1 Pedro 2:11-12; 1 Pedro 3:8-17). A veces, la vida recta puede ofrecer una ventaja material, pero no es por eso que el cristiano vive de esa manera. En otras ocasiones, ser justo puede incurrir en un camino difícil, los justos pueden ser burlados y perseguidos (Mateo 10:16-24; cf. Mateo 5:11-12). El discípulo del Señor hace lo correcto cuando la gente habla bien de él y cuando no lo hacen su motivación es hacer lo correcto, simplemente porque es lo correcto.
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