La Biblia reclama inspiración verbal (2 Timoteo 3:16). La palabra griega traducida “inspirada” es theopneustos de (Theos, “Dios,” pneo, “respirar”). Esto significa que las mismas palabras de la narración bíblica son de Dios.
En 2 Samuel 23:2, David declaró:
“El Espíritu de Jehová habló por mí, Y su palabra estaba en mi lengua.”
Aquí David afirma: (a) Ha sido usado como instrumento del Espíritu; (b) La fuente última del mensaje era Dios; (c) El mensaje divino fue presentado por medio de palabras. Aunque se usó la lengua de David, en realidad, la palabra era de Dios. En Hechos 1:16, Pedro declara que el Espíritu Santo habló por boca de David acerca de Judas’ traición de Jesús (Salmo 41:9)
Se nos dice en 2 Pedro 1:21 que varios hombres, escogidos por Dios para ser los instrumentos humanos para revelar su voluntad a través de la palabra escrita, escribieron como si fueran guiado por el Espíritu Santo. No escribieron lo que “pensaron” Dios dijo. Estos hombres no escribieron lo que “desearon” Dios dijo; tampoco escribieron lo que “pensaron” Dios “debe” haber dicho Escribieron exactamente lo que Dios quería que escribieran.
Debido a la inspiración verbal de la Biblia, es el medio poderoso (Romanos 1:16; Hebreos 4:12) a través del cual la humanidad debe ser convencida de sus pecados (Hechos 2:37) y convertidos a Cristo y Su iglesia (Hechos 2:41,47). Sigamos como hermanos fieles predicando y enseñando la palabra poderosa e inspirada de Dios a los espiritualmente perdidos (2 Timoteo 4:2; Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-16).