La importancia de la Fe (Hebreos 11:1)

Alabanza: Fuerza en la Fe

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Sermón

Queridos hermanos y hermanas, hoy reflexionamos sobre un tema fundamental en nuestra vida cristiana: la importancia de la fe. En Hebreos 11:1 leemos: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Este versículo tan breve, pero poderoso, nos da una definición profunda de la fe que Dios desea que tengamos.

La fe, en su esencia, es confiar en Dios más allá de lo visible o tangible. La fe no se basa en lo que vemos, tocamos, o en las circunstancias que vivimos. En cambio, la fe nos impulsa a creer en las promesas de Dios, a sostenernos en Su palabra, y a caminar por senderos desconocidos con la certeza de que Él va delante de nosotros.

1. Fe es confiar en lo que Dios promete, aun sin verlo

Hebreos 11 es conocido como el «capítulo de la fe» porque nos cuenta las historias de personas que creyeron en Dios sin ver aún la realización de Sus promesas. Abraham, por ejemplo, dejó su tierra y su familia obedeciendo la voz de Dios, sin saber exactamente a dónde iba. Él esperaba en Dios y confió en Su promesa, aun cuando parecía imposible.

De la misma manera, nosotros estamos llamados a creer en lo que aún no vemos. Quizás nos enfrentamos a situaciones difíciles, como enfermedades, problemas familiares o dificultades económicas. La fe nos permite afirmar: «No sé cómo, pero sé que Dios obrará en mi vida.» Cuando Dios promete algo, Él es fiel para cumplirlo. Nuestra responsabilidad es confiar, incluso cuando todo parece indicar lo contrario.

2. Fe es actuar en obediencia

La fe genuina nos impulsa a actuar. Si decimos que confiamos en Dios, nuestras acciones deben reflejar esa confianza. Santiago 2:17 nos recuerda que «la fe sin obras es muerta.» La fe de Noé lo llevó a construir un arca cuando no había señales de lluvia. La fe de Moisés lo motivó a liderar al pueblo de Israel fuera de Egipto, enfrentándose al faraón y a un mar imposible de cruzar.

Obedecer a Dios requiere fe, porque muchas veces Él nos llama a hacer cosas que desafían nuestra lógica o nuestros deseos personales. Sin embargo, la fe que actúa y obedece es la fe que Dios honra. Es esa fe que se muestra en cada paso de nuestra vida, en cada decisión que tomamos, en cada palabra que pronunciamos.

3. Fe es esperanza en medio de la prueba

La fe no solo nos ayuda a esperar con confianza las promesas de Dios, sino que también nos fortalece en tiempos de prueba. En Hebreos 11:35-39, el escritor menciona a quienes pasaron por sufrimientos, cárceles y muertes por su fe, sin recibir aún las promesas. Sin embargo, estos héroes de la fe no renunciaron a su esperanza. La fe en Dios les dio el valor para perseverar, para resistir y esperar en Su tiempo perfecto.

La fe en Dios no nos exime de enfrentar pruebas, pero nos da la fortaleza para superarlas. Cuando confiamos en Dios, sabemos que Él está obrando, incluso en el dolor y en la espera. Romanos 8:28 nos asegura que «todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios.» La fe nos da esperanza y una visión eterna. Nos recuerda que Dios siempre cumple Su propósito, aunque no lo veamos ahora.

4. Vivir por fe

Queridos hermanos y hermanas, nuestra vida cristiana es una caminata diaria de fe. Cada paso que damos es un acto de confianza en Dios. Hoy, te animo a que examines tu fe. ¿Es una fe que actúa, que confía, que espera y que obedece? Hebreos 11:6 dice: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios.» Necesitamos una fe que descanse en Su amor y en Su poder, una fe que permanezca en las pruebas y que busque reflejar Su gloria.

Pidamos a Dios que fortalezca nuestra fe. Que, al enfrentar dificultades, recordemos que nuestra fe está puesta en Aquel que nunca falla. Que podamos decir con convicción, como el salmista: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.»

Que nuestra vida sea un testimonio de fe, de esperanza y de confianza en el Dios que todo lo puede. Amén.

Pastor Juan Alvarez