Exo 9:9 producirá sarpullido con ú en los hombres
Rev 16:2 vino una ú maligna y pestilente sobre
Ulcera (heb. plural zababuôth). Las úlceras o llagas que brotaron sobre los diviesos de la 6ª plaga que sobrevino en Egipto (Exo 9:9). Con nuestro conocimiento presente, es imposible conocer la naturaleza exacta de la erupción cutánea descripta por el término hebreo. La identificación más plausible es la de ántrax cutáneo. Bib.: G. Hort, ZAW 69 (1957):101-103. Ultima cena. Véase Cena del Señor. Ultimos días. Véase Postreros días.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
afección cutánea causada por algunas enfermedades infecciosas. La sexta plaga de Egipto produjo u. a las personas, Ex 9, 10. El rey Ezequías fue curado de u., por Isaías, con una masa preparada con higos, 2 R 20, 7.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
Inflamación o pérdida de sustancia en los tejidos que viene acompañada de secreción de pus. Una de las plagas de Egipto producía †œsarpullido con ú. en los hombres y en las bestias† (Exo 9:9). Pero si Israel caía en la desobediencia, Dios le heriría †œcon la ú. de Egipto, con tumores, con sarna y con comezón† (Deu 28:27). Ezequías enfermó de una ú., que sanó con †œmasa de higos† que ordenó ponerle el profeta Isaías (2Re 20:1-7). Es posible que la †œsarna maligna† que sufrió Job produjera ú. en su cuerpo (Job 2:7). Uno de los juicios de Dios sobre †œlos hombres que tenían la marca de la bestia†, en Apocalipsis, consiste en †œuna ú. maligna y pestilente† (Apo 16:2).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, MDIC
vet, Úlcera inflamatoria derivando en pústulas; constituyeron la sexta plaga de Egipto (Ex. 9:8-11; cfr. Dt. 28:27, 35). La lepra producía ulceraciones (Lv. 13:18-20). La enfermedad de Ezequías estuvo caracterizada por úlceras (2 R. 20:7; Is. 38:21). Satanás atacó a Job de una úlcera maligna de la cabeza a los pies (Jb. 2:7). Los forúnculos ordinarios son habituales en las regiones cálidas de Oriente durante la época de las lluvias; son repulsivas y dolorosas, pero no ponen la vida en peligro. La úlcera de Ezequías era probablemente un ántrax, una úlcera más grave que puede producir una septicemia. La aplicación de una masa de higos a la llaga fue el instrumento del que se sirvió Dios para obrar una maravillosa curación.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Herida abierta sobre la piel que no es consecuencia de una lesión externa, aunque el tipo inflamatorio suele ser el resultado de una herida menor, por ejemplo, una abrasión. Las úlceras pueden ser externas o internas, y aparecen en la piel o en las mucosas. A menudo secretan pus y provocan la descomposición gradual y la destrucción de los tejidos de la zona afectada. Las úlceras inflamatorias causan dolor y una sensación de quemazón, y con frecuencia aparecen en la parte inferior de la pierna.
La palabra que en las Escrituras Hebreas se traduce a veces por †œúlcera† es ma·zóhr, que puede referirse tanto a una úlcera como a una llaga o un divieso. En opinión de algunos hebraístas, se refiere a una herida de la que habría que extraer materia. En las Escrituras Griegas Cristianas se emplea el término hél·kos para úlcera; esta es la palabra con la que se traduce en la Septuaginta griega —en Exodo 9:9 y Job 2:7— el término hebreo schejín, que significa divieso. (Véase DIVIESO.)
Uso figurado. En términos proféticos se dijo que Efraín (Israel) estaba enfermo y que Judá tenía una †œúlcera†, condiciones que eran el resultado de su mala conducta y de la pérdida del favor de Dios. Sin embargo, en lugar de confiar en Jehová para protegerse de sus enemigos, buscaron la ayuda del rey de Asiria, quien no pudo curar su estado †˜ulceroso†™. (Os 5:13.) Más tarde, después que los habitantes de Sión fueron llevados al cautiverio babilonio, se habló de esta ciudad como si estuviese afligida por una úlcera. (Jer 30:12-15, 17; compárese con Lu 16:20, 21; Rev 16:2, 10, 11.)
Fuente: Diccionario de la Biblia