TRAMPA

v. Cuerda, Hoyo, Lazo, Red
Jer 5:26 lazos, pusieron t para cazar hombres
Rom 11:9 dice: Sea vuelto su convite en t y en red


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Engaño o tropiezo disimulado que se pone en una acción, de juego, de negocio o de trabajo, y se basa en el ocultamiento de factores que deben ser conocidos o en el incumplimiento disimulado de normas que deben ser respetadas. La trampa es una lesión a la ley de la verdad que afecta todo hombre inteligente. Por lo tanto, en cuanto tal, es rechazable por su misma naturaleza, al igual que lo es la violencia, el robo o la infidelidad.

Aunque en la sociedad abundan las situaciones dolosas, e incluso se presenten muchas veces como laduables actos que no los son, la educación moral de una persona exige fundamentos sólidos y permanentes.

La sinceridad es uno de ellos. Por ello no se deben permitir, aunque sólo sea celebrando las habilidades para engañar, todo lo que suponga trampa, embuste, fingimiento, doblez, farsa, mentira, engaño, sobre todo se asume como hábito o como actitud permanente.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Medio o artefacto para atrapar a un animal. Por lo general consta de un lazo o muelle que cuando se dispara aprisiona o mata al animal. Puede contener un cebo y suele estar escondido, camuflado o disimulado de alguna manera a fin de engañar a la ví­ctima. Hay varias palabras hebreas diferentes que se traducen †œtrampa†, †œlazo† y †œred†. (Sl 141:9, 10.) Aunque la Biblia no describe en detalle las clases de trampas y lazos para animales que se usaban en tiempos antiguos, pasajes como Job 18:8-10; Salmo 10:9; 140:5; y Jeremí­as 18:22 dan una idea general de cómo se empleaban algunos de estos. Véanse CAZA Y PESCA; PAJARERO, para tener una explicación sobre su construcción y uso.

Uso figurado o ilustrativo. Puesto que los animales a los que se atrapa quedan en cautiverio y sufren daño o muerte, los lazos y las trampas bien pueden representar la pérdida de libertad, sufrimiento, ruina o muerte. En consecuencia, después que Moisés anunció la venida de una grave plaga de langostas sobre Egipto, los siervos de Faraón preguntaron: †œ¿Hasta cuándo resultará este hombre como un lazo para nosotros?†. (Ex 10:7.) Todas las plagas anteriores habí­an llegado tal como habí­a anunciado Moisés, así­ que él habí­a sido como un lazo, es decir, una causa de calamidad o ruina para los egipcios. A fin de que no cayesen en la trampa de la idolatrí­a, Jehová advirtió repetidas veces a los israelitas que no permitiesen a los cananeos permanecer en la Tierra Prometida. (Ex 23:32, 33; 34:12; Dt 7:16, 25; Jos 23:13.) La idolatrí­a fue un lazo, una trampa maligna que acarreó calamidad a los israelitas porque hizo que perdiesen el favor y la protección de Jehová y que fuesen ví­ctimas de la opresión y represión de sus enemigos. También fue engañosa, al usar como cebo supuestos beneficios y placeres. (Jue 2:2, 3, 11-16; 8:27.) De manera similar, cuando el rey Saúl se valió de su hija Mical para una estratagema, dijo: †œSe la daré [a David] para que ella le sirva de lazo†. (1Sa 18:21.) En el fondo, Saúl esperaba que David perdiera la vida en la arriesgada hazaña que se requerí­a para obtener cien prepucios de los filisteos con el fin de dárselos al rey en vez de †œdinero matrimonial†. (1Sa 18:25.)
Otra caracterí­stica de las trampas a las que se alude en términos figurados es la rapidez con la que pueden funcionar, atrapando a la ví­ctima de improviso. La caí­da de Babilonia ante los medos y los persas, por ejemplo, llegó tan súbita e inesperadamente que fue como si Jehová hubiese hecho saltar un lazo o trampa sobre ellos. (Jer 50:24; compárese con Lu 21:34, 35.)
Para no verse atrapada en una situación prácticamente irreversible, la persona debe ser cauta y examinar cuidadosamente lo que promete en voto o se compromete a hacer. (Pr 6:1-3; 20:25.) Si alguien tiene compañerismo con una persona dada a los arrebatos de cólera puede volverse como él. Esta relación es un lazo, puesto que lleva a peleas, complicaciones perjudiciales y pecado. (Pr 22:24, 25; compárese con 1Co 15:33.) Por otra parte, temer a Dios y esforzarse por guardar sus caminos ayuda al sabio a evitar la tentación de la conducta impropia (tal como el tener relaciones con prostitutas), lo que podrí­a llegar a ser una trampa que le llevase a la muerte. (Pr 13:14; 14:27; compárese con Pr 5:3-8; 7:21-23.)
En el siglo I E.C., algunos cristianos, atraí­dos por la fascinación de las riquezas, cayeron en un lazo que los condujo a la ruina espiritual. (1Ti 6:9, 10.) De otros se dijo que habí­an caí­do en el †œlazo del Diablo†. Esto significa que se les habí­a engañado y desviado de la verdad, y habí­an caí­do ví­ctimas del Adversario. A Timoteo se le instó a instruir a tales personas con apacibilidad a fin de que pudiesen volver a sus sentidos y arrepentirse, para quedar así­ libres del lazo del Diablo. (2Ti 2:23-26; compárese con 1Ti 1:3, 4; Tit 3:9.)
Aunque es común para los que traman tratar de atrapar a una persona inocente, Jehová puede cambiar las cosas y hacer †œllover sobre los inicuos trampas, fuego y azufre†. (Sl 11:6.) Puede atraparlos, cortando todo medio de escape, y luego ejecutar su juicio sobre ellos. (Compárese con 1Te 5:1-3.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

pagis (pagiv», 3803), para lo cual véase LAZO, Nº 1, se traduce «trampa» en Rom 11:9 (RV: «lazo»).

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento